Raices de la casa
No sabemos exactamente la fecha de construcción de la casa, pero suponemos que es de finales del 1800, cuando la filoxera arrasó todas las viñas del Penedès. El masovero de la finca de Cal Tulí (Puig de Monombra), actualmente en ruinas, no podía subsistir delante de la crisis con terrenos tan pobres, y el propietario, el Sr. Torrents, le hizo construir una casita en terreno llano –de ahí su nombre– porque en esta zona las tierras son más generosas, ya que se hacía muy difícil de vivir en un Penedès sin viñas. A partir de aquí hubo muchas anécdotas, y en algunas la realidad supera la ficción, ya que hubo incluso un americano que se casó con su sobrina, y también un descendiente que actualmente es el propietario de un importante hotel de la comarca.
El 1974 el masovero, el «viejo Caseta», se jubiló y quedó la casa vacía, y ya no volvió a ser nunca más una masovería.
Estuvo alquilada algunos años como segunda residencia por un importante óptico de Barcelona. Más tarde, empezamos a hacer el proyecto del que tendría que ser nuestra primera vivienda, pero, al final, no se llevaría a cabo. La casa continuaba degradándose. El 1992, año de fuerte crisis del sector del vino, decidimos apostar por el agroturismo buscando unos ingresos complementarios a la viticultura.
Inauguración
El 14 de junio del 1996 el honorable Sr. Francesc Xavier Marimon, conseller de Agricultura, Ramaderia i Pesca de la Generalitat de Catalunya inauguró la residencia casa de payés La Caseta. Marimon valoró muy positivamente la iniciativa y las instalaciones. En su parlamento resaltó el siguiente: «Esta casa funcionará muy bien porque habéis tenido un gusto exquisito a la hora de diseñarla, la habéis sabido dotar de todas las comodidades que hoy buscamos las personas en la vida cotidiana, pero, en cambio, habéis sabido conservar este entorno y este gusto rural que es lo que busca la gente de ciudad. Me ha emocionado ver la casa dentro de este marco de viñas, y la gente que lo hacéis posible. Os felicito de todo corazón porque las personas que aman el pasado tienen futuro.»
El conseller, antes de irse de la casa, escribió en el libro de honor las siguientes palabras: «Os felicito por vuestra iniciativa hacia el mundo del agroturismo. He visitado La Caseta, y es un inmejorable ejemplo de lo que se tiene que hacer. Sin ninguna duda, tendréis el éxito que os merecéis».