Historia de Cal Magí

la casa más vieja de la barriada

Según la gente mayor del vecindario, coinciden a decir que es la casa más vieja de la barriada, ya que, como era tradición, los sacerdotes preparaban allí el “salpás” (esparcir agua bendita y sal) por Semana Santa, y esto siempre se hacía en la casa más antigua, pero nadie se atreve a dar ninguna fecha.

En la reconstrucción actual encontramos un azulejo, entre la chimenea y el tejado, en el que había grabada la fecha del año 1779. No sabemos con seguridad si aquel fue el año de su construcción, pero lo suponemos.

Durante muchas décadas estubo presidiendo el altiplano de Les Roques como única edificación, y por los años 70 fue absorbida por el pueblo.

Desde su construcción ha sido propiedad de la nisaga Torrents, y la familia que vivía en la casa aparte de llevar tierras de la finca tenían que trabajar una jornada cada semana para los dueños en concepto de alquiler de la casa.

Los últimos habitantes fijos de la casa fueron el "Jep Petit" y su familia, que, además de payeses, hacían de hostaleros, de barberos, de colchoneros y de zapateros; incluso aún guardamos alguna herramienta de zapatero en la casa. El año 1968 dejaron las tierras y la casa para irse a vivir a Vilafranca.

El año 1971 fue alquilada a la Sociedad de Cazadores, que la utilizaron para criar perdices, como picadero de caballos, como lugar de encuentro para hacer buenas comidas y para explicarse las anécdotas de la cacería.

El año 1999 los propietarios deciden restaurar la casa para destinarla al turismo rural, ya que tienen buena experiencia en este tipo de turismo.